EL TIEMPO EN LIMA

PERSONALIDADES: Nicolás Maquiavelo, padre de la ciencia política

Escritor por Francisco Díaz Arriaga
jose_francisco_diaz_arriaga@hotmail.com

En la ciencia política nadie ha sido más importante que Niccolo Machiavelli, pues sentó las bases, con su conocida obra El Principe, para la creación de la ciencia política mundial.
La vida de Nicolás Maquiavelo puede dividirse claramente en tres etapas: la primaria, la de la función pública y la del exilio. En su primera etapa, Nicolás Maquiavelo escribió El Príncipe, inspirado por Lorenzo de Médici, quien se encontraba con el poder en Florencia, Italia.
Ya en su segunda etapa y coincidiendo con la caída de los Médici, Maquiavelo ingresó al servicio público florentino, como secretario, canciller y secretario de la segunda cancillería, hasta el regreso de los Médici impulsado por el Papa León X, en donde fue acusado por traición a esa familia y finalmente terminó siendo exiliado.
De esta división de su vida, se desprende el origen de El Príncipe, pues como ya habíamos mencionado, en sus primeros años escribió su obra, fundamental para la filosofía política moderna, inspirado en Lorenzo de Médici, sin embargo, una vez reinstaurado el régimen de los Médici, Maquiavelo trató de agradar al nieto ahora en el poder, dedicándole su importante obra.
Escribió Nicolás Maquiavelo en la dedicatoria de El Príncipe que “los que desean congraciarse con un príncipe suelen presentársele con aquello que reputan por más precioso entre lo que poseen... y aunque juzgo esta obra indigna de Vuestra Magnificencia, no por eso confío menos en que sabréis aceptarla”.
Sin embargo, Lorenzo de Médici no supo aceptar esta obra de la literatura universal, despreciando lo que le dedicó Maquiavelo y enviándolo al exilio.
Adentrándonos un poco en El Príncipe es claro el método histórico utilizado por Nicolás Maquiavelo en su elaboración, como él mismo lo afirma en la misma introducción de su obra, al señalar que El Príncipe es resultado de todo cuanto aprendió en muchos años y... “no he adornado ni hinchado esta obra con cláusulas interminables, ni con palabras ampulosas y magníficas... es el conocimiento de las acciones de los hombres, adquirido gracias a una larga experiencia de las cosas modernas y a un incesante estudio de las antiguas”.
De esta manera, encontramos básicamente dos métodos en la realización de su obra, el histórico, pues tuvo que registrar cosas que ya habían sucedido con anterioridad, sistematizándolas y obteniendo acciones y reacciones de los principales, así como el método intuitivo desprendido de la observación de los eventos que ocurrieron en la época de Maquiavelo.
El Príncipe es la obra más importante y conocida de Nicolás Maquiavelo, sin embargo, su bibliografía es abundante. Tal vez la calidad de El Príncipe fue utilizada en detrimento del resto de sus obras, pues difícilmente son observadas por los politólogos.
La mayor parte de estas obras fueron escritas en su exilio, como Discursos de la Primera Década de Tito Livio y Discurso sobre el Arte de la Guerra, además de una comedia titulada La Mandrágora, cuya composición se explica debido a que además de ser considerado político, diplomático, filósofo, historiador y poeta, en algún tiempo fungió como actor del teatro italiano.
Ya en El Príncipe, Maquiavelo distingue básicamente dos tipos de Estado: la República y el Principado. En la actualidad, esta clasificación realizada por Maquiavelo sigue encontrándose vigente, pues lo que Maquivelo menciona como principado, es el equivalente de la monarquía, pues dice que los principados pueden ser hereditarios, pues una familia ha regido en el territorio por mucho tiempo, o bien, nuevos, que sin embargo, en este sentido, serían considerados como hereditarios posteriormente.
Además, Maquiavelo menciona que es más sencillo conservar un principado hereditario que uno nuevo, pues en el primero el pueblo se encuentra acostumbrado a la existencia de una dinastía, mientras que en el segundo, el pueblo podría considerarse al disfrute de la libertad.
El autor hace hincapié a lo largo de su obra en el factor libertad, pues resulta muy complicado conservar un pueblo que acostumbra estar en libertad, por lo cual recomienda que estos estados deben ser destruidos, con lo cual, fue otorgado el vocablo “maquiavelismo” a aquellas acciones que son pensadas con anterioridad, pero sin meditar sobre los medios empleados en su realización.
El Príncipe es un manual del actuar político y un libro con una serie de principios, que en la actualidad, constituyen un dogma para la ciencia política.
El Príncipe es la obra más importante de Nicolás Maquiavelo, fundamental

LEER ES UN PLACER

EL LIBRO ES EL MEJOR AMIGO DEL HOMBRE

Hola, soy ELPROFE y estoy convencido de que nada hay más importante que una buena amistad porque ella en sí misma entraña lealtad, honradez y dedicación, pero también es tremendamente importante tener un elevado espíritu de superación. Las grandes hazañas, como por ejemplo, leer un libro o quedarnos extasiados con el esplendor de un amanecer o sencillamente, provocar en alguien -no importa quien sea- una sonrisa de satisfacción, la realizan quienes saben que la grandeza está en los detalles de la vida. Entonces estarán de acuerdo conmigo en que podemos estremecer al mundo que nos rodea ,como la mariposa el aire en su inquieto aletear, si nos proponemos aprender algo cada día y conjuntamente con ello, enseñarles algo a alguien sin otro interés que el de reciprocar el sacrificio de nuestros maestros. La bruma que muchas personas tienen ante los ojos y que no les deja percibir la esencia de las cosas -como diría el Principito de Saint Exúpery- no se opera como las cataratas de la retina que nos devuelven la visión perdida, sino que se errradica con el bisturí de la sabiduría, que contrariamente a lo que piensan muchos "letrados", no se halla exclusivamente en las grandes academias y concilios de genialidades, sino también en lo cotidiano, en la tierra con olor a lluvia, en las paredes carcomidas de una añeja institución o en los adoquienes todavía sonoros de una calle de la Lima antigua. Os dejo que cada cual medite si vale la pena dejar la comodidad del hogar o la satisfacción de un placer mundano, para buscar entre librerías y bibliotecas, ese libro que todavía tiene algo que decirnos. El PROFE